Aunque se puede aspirar a la simplifcación, no siempre es
posible evitar cuando menos una elegante complejidad
(Iris Murdoch)
Al decidir el tema de la IV Jornada Pedagógica —que como en las jornadas anteriores, estuvo encaminada a continuar trabajando sobre la importancia y necesidad de reconocer que la enseñanza y el aprendizaje constituyen una parte importante del núcleo de la educación—,vimos la necesidad de adentrarnos en el tema de complejidad y tratar de escudriñarlo a fondo.
Pudimos contar con la enseñanza y el acompañamiento del Dr. Javier Sierra Vázquez en nuestro aprendizaje durante varias sesiones previas a la Jornada, que se llevó a cabo el 7 de octubre de 2017.
Y comprendimos que el pensamiento complejo es un campo de estudio interdisciplinario enfocado en el comportamiento y patrones de interacción de elementos simples —y no tan simples— y ha sido una de las respuestas más importantes a la necesidad de nuevo conocimiento.
Que la complejidad constituye un modelo para pensar acerca del mundo que nos rodea; en muchas ocasiones podemos ver lo que está sucediendo en términos complejos y eso abre una variedad de nuevas opciones, oportunidades y libertad.
Y que en la complejidad, los seres humanos nos distinguimos del mundo por la consciencia plena y la responsabilidad.
De ahí que la IV Jornada de Reflexión tuvo como objetivos:
Entender que la realidad es compleja y por lo tanto necesitamos instrumentos adecuados para comprenderla y transformarla.
Comprender dónde surge el pensamiento complejo para tener nuevas opciones y oportunidades como agentes participantes en los procesos de la educación que actuamos en el mundo que estamos construyendo.
Para esta Jornada tuvimos el honor de contar con la Mtra. Lucila Servitje, presidenta del Consejo Directivo de IMDOSOC, con el tema “Complejidad y procesos de desarrollo moral y espiritual” y con el Dr. Javier Sierra con los temas “Una genealogía contemporánea del pensamiento y la enseñanza”, “Entornos culturales” y “Complejidad y sistemas adaptativos complejos”.
Para concluir el día, trabajamos con un simulador epistémico-colaborativo: “Transformación del proceso educativo a la luz de la complejidad”. Un simulador de este tipo cumple al menos tres funciones en el proceso de aprendizaje: a) es un instrumento de exploración y expresión, b) permite organizar y aplicar competencias básica y c) es un factor de integración y socialización.
Además, como una experiencia solidaria durante la Jornada, contamos con el tianguis solidario para que los asistentes conocieran y apreciaran el trabajo de los grupos que participaron con causa social, apoyándolos al comprar sus deliciosos productos y fina artesanía.
Como miembros del Seminario Paulo Freire del IMDOSOC, iluminados por el pensamiento social cristiano, consideramos de gran importancia la experiencia de solidaridad, justicia, comunión y ayuda al prójimo. Para nosotros es un compromiso y motivo de júbilo mantener espacios que favorecen el comercio justo, la promoción del trabajo y la formación de la conciencia social, además del trabajo que realizamos en la IV Jornada por una mejor educación por México.
Espera el siguiente blog para que puedas conocer más del Seminario Paulo Freire.
Comments