¿Qué hace que nos cueste tanto trabajo salir de lo habitual e incursionar en otras formas de educar y comportarnos ante una sociedad cambiante y prometedora que se está gestando y de la cual debemos formar parte activa?
El Papa Francisco en su encíclica Laudato si' número 207 nos dice que: “el nuestro sea un tiempo que se recuerde por el despertar de una nueva reverencia ante la vida; por la firme resolución de alcanzar la sostenibilidad; por el aceleramiento de la lucha por la justicia y la paz y por la alegre celebración de la vida”.
Hay tanto que aprender y hacer, y no debemos quedarnos atrás ya que nuestros estudiantes, inmersos en la tecnología, les ha generado nuevas formas de ver el mundo y tienen nuevas necesidades educativas como nos dice el Dr. Sierra en su nuevo artículo “La enseñanza ya no es lo que era”. Les pedimos que lo lean.
Tenemos la obligación de la implicación total y pública en la transformación del mundo y en la custodia de la creación. Y si somos docentes nuestra responsabilidad es aún mayor ya que “la educación será ineficaz y sus esfuerzos serán estériles si no procura también difundr un nuevo paradigma acerca del ser humano, la vida, la sociedad y la relación con la naturaleza”, (LS, 215).
¡Hasta la próxima!
