«En efecto, la tarea urgente en nuestro tiempo consiste en que todo el Pueblo de Dios se prepare a emprender "con espíritu" una nueva etapa de la evangelización. Esto requiere "'un proceso decidido de discernimiento, purificación y reforma "[….] Y esto tiene un valor indispensable para una Iglesia "en salida", puesto que hoy no vivimos sólo una época de cambios sino un verdadero cambio de época, que está marcado por una "crisis antropológica" y "socio-ambiental" de ámbito global, en la que encontramos cada día más "síntomas de un punto de quiebre, a causa de la gran velocidad de los cambios y de la degradación, [..]". Se trata, en definitiva, de "cambiar el modelo de desarrollo global" y "redefinir el progreso". "El problema es que no disponemos todavía de la cultura necesaria para enfrentar esta crisis y hace falta instruir liderazgos que marquen caminos"». Francisco, Veritatis Gaudium, 3. «La sociedad global actual necesita personas creativas, emprendedoras, críticas y competentes en el uso de las tecnologías, con habilidades digitales y sociales, que sean autónomas con capacidad de adaptación a lugares y personas, entre otras cosas. Por ello, la formación universitaria no puede seguir operando de la misma forma, sino que debe tener en cuenta todos los componentes y actores que intervienen en la enseñanza acorde a su historia y su contexto»