Lo que les presento no son estudios exegéticos; son contemplaciones creyentes de las escenas. Contemplaciones muy despaciosas, un promedio de una semana por contemplación de una hora diaria. Desde el espíritu de los Ejercicios de san Ignacio, el intento es hacerse presente a la escena viendo y oyendo, haciéndose cargo de la situación inicial y del acontecimiento, así como de la manera en que es vivido y el desenlace. Así pues, la actitud fundamental es hacerse presente por la fe. Estar en ella como discípulo.
Las oraciones están dirigidas a Papadios, al Padre de nuestro Señor Jesucristo. Y que siempre van en primera persona de plural. No me arrogo la representación de nadie; quiero orar como hijo y como hermano, que es lo que quiero ser, y oro para que lo sea cada día un poco más. Y contemplo los evangelios porque sólo a través de Jesús, en su seguimiento, me constituiré explícitamente en hijo y en hermano.