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David Vilchis

México 2024: No hay peor ciego que el que no quiere ver

Actualizado: 1 jul

Por David Vilchis

 


La oposición (partidista, analista y ciudadana) está en shock. Le parece inconcebible el resultado de las elecciones, pues contrario a lo que señalaban la mayoría de las encuestas, muchas personas genuinamente creyeron que Xóchitl Gálvez tenía posibilidades de ganar. Este desencanto no se manifiesta en el vacío, se percibe un desborde emocional, en muchos casos clasista, contra aquellos a quienes culpan de la reelección de un proyecto político que creían en declive. Este es el escenario en el que se menosprecia, desacredita y deslegitima la participación de quienes difieren. ¿Por qué pasa esto?


El País reveló, con base en la última encuesta preelectoral de Áltica, el perfil del votante en México. Si bien, se puede notar que no hay un perfil definido de la persona que votó por Sheinbaum, pues prácticamente todas las categorías votaron mayoritariamente por ella; sí se puede definir más claramente el perfil del votante promedio de Xóchitl: mayor de 45 años, con estudios de educación superior, con un ingreso superior a los $50,000 pesos mensuales y teniendo como ocupación ser patrón o empleador (única categoría donde Gálvez destacó sobre Claudia). Este perfil, sumado a las expresiones de asombro respecto al resultado electoral, indica un marcado caso de homofilia social.

Es decir, las personas tendemos a relacionarnos con quienes son similares a nosotros, consciente o inconscientemente. Esto refuerza la identidad, las perspectivas y cosmovisiones, así como la confianza y la cooperación entre semejantes. (Lazarsfeld y Merton, 1954; McPherson, Smith-Lovin y Cook, 2001; Mouw, 2003; Mollica, Gray y Trevino, 2003) Pero también sesga nuestra comprensión del mundo: nos hace pensar que “todo mundo” piensa como nosotros, disminuyendo la posibilidad de desarrollar una comprensión del propio sesgo y de la realidad de las otras personas. (Mijs, 2019) Además, tendemos a ignorar, distorsionar o reinterpretar los datos que contradicen nuestra forma de ver el mundo. (Bénabou y Tirode, 2005)

Este fenómeno de relacionarnos principalmente con personas y contenido que refuerzan nuestras propias opiniones y perspectivas también se conoce como "cámara de eco". En esta cámara, nuestras ideas se reflejan y amplifican, creando un ciclo donde apenas escuchamos voces que difieren de las nuestras. Además, este problema se agrava con el uso de algoritmos en las redes sociales. (Abeliuk, 2023) Estos algoritmos están diseñados para maximizar el compromiso del usuario, lo que a menudo se traduce en mostrar contenido que coincide con nuestras preferencias y puntos de vista. De modo que cada "me gusta" y cada interacción refuerza este ciclo, reduciendo aún más la diversidad de opiniones y perspectivas que encontramos en línea. Como resultado, nos encontramos atrapados en burbujas ideológicas donde nuestras creencias se refuerzan constantemente, sin la exposición a diferentes puntos de vista que podrían desafiar y enriquecer nuestra comprensión del mundo que nos rodea.


Para muestra un botón. Mucha gente se pregunta cómo pudo haber ganado tan avasalladoramente Morena si durante el sexenio fuimos testigos de una gran movilización ciudadana en su contra. ¿Dónde están las personas que participaron en la Marea Rosa (aproximadamente 95,000 solo en el zócalo de la Ciudad de México, sin contar las que se movilizaron en casi 70 ciudades de México y el extranjero), las marchas por la defensa del INE y la democracia (cerca de 200 mil personas según los organizadores) y las más modestas e iniciales marchas anti-AMLO? Sin duda, en las 15,534,168 de personas que votaron por Xóchitl Gálvez. Una cantidad nada despreciable, pero que dista mucho de la totalidad del electorado. Más considerando que fue una candidata “ciudadana”, elegida en un proceso cuestionable por los partidos políticos que son repudiados por gran parte de la población.

Así, pese a que los resultados de las elecciones fueron anticipados por la mayoría de las encuestas durante la campaña, causaron sorpresa. Es importante destacar que muy pocas encuestadoras pronosticaron la victoria de Xóchitl Gálvez y las pocas que lo hicieron han sido criticadas por su metodología. Por ejemplo, la encuestadora Massive Caller ha sido cuestionada por aceptar altas tasas de rechazo en sus encuestas y el uso de la técnica de robot, acciones que generan información sesgada y que, además, no es minimizada con uso de técnicas de ponderación o estimación de resultados. Así, ejercicios poco serios en la obtención de datos alimentaron la cámara de eco de millares de personas sometidas a una sobre exposición de contenido anti-Morena.


Lo anterior subraya la relevancia de considerar la metodología utilizada por las encuestas. Su revisión es crucial para confiar en sus resultados. La aleatoriedad es esencial, pero la técnica de levantamiento y la mitigación de sesgos también son importantes. Es vital que los encuestadores informen sobre los límites de los sesgos y las técnicas utilizadas para minimizarlos, lo que permite una interpretación más informada de los resultados y evita conclusiones erróneas. Por ejemplo, encuestas realizadas por consultoras reconocidas como Consulta Mitofsky o Parametría o por medios como El Financiero, así como ejercicios de promedio de encuestas como los de Bloomberg o El País, que ajustan los resultados según el error histórico y simulan elecciones repetidas veces, ofrecen una visión más precisa de las tendencias electorales.

Sin embargo, en vez de reconocer el descrédito de los partidos de oposición y la legitimidad del gobierno actual, muchas personas denuncian un “mega fraude electoral”, pese a que hace poco se marchaba en la defensa del INE, contribuyendo a su desmantelamiento al dar argumentos que suman a la narrativa presidencial en su contra. Y otras tantas acusan a quienes votaron por Claudia Sheinbaum de acarreados, ignorantes, flojos, irresponsables, de haber vendido el voto, de ser beneficiados de programas sociales, etc.

Esta visión simplista y polarizante ignora la complejidad de los factores que influyen en el voto de millones de personas e impiden realizar un análisis serio y comprender verdaderamente porqué la propuesta opositora no es recibida por amplios sectores de la población. Es muy fácil -y pretensioso- pensar que es porque “nosotros” estamos bien y “ellos” están mal y que quienes deben de cambiar son “ellos”, cuando es una propuesta que, por su origen y desarrollo, es incapaz de comprender y dialogar con las personas que piensan diferente a “nosotros”. Si no podemos hacer eso, no podremos construir una alternativa política sólida y efectiva que supere a los errores y críticas del gobierno en turno y que beneficie y haga sentido a diferentes sectores de la población. 


Por ejemplo, si bien la violencia aumentó durante el último sexenio, este problema tuvo sus raíces en administraciones anteriores. Si bien en este sexenio se ha iniciado el desmantelamiento de algunas instituciones democráticas, muchas de éstas estaban comprometidas en escándalos de corrupción y/o han sido ajenas al grueso de la población. Y, es relevante destacar que, gracias a políticas como el aumento del salario mínimo y otras medidas laborales implementadas durante este período, se ha registrado un incremento no solo en los ingresos, sino también en el poder adquisitivo de la población, lo que ha generado una percepción de mejora que contrasta con la experiencia de sexenios anteriores.

Además, contrario a la visión estigmatizante, la fuente principal de ese aumento de ingresos fueron los laborales, no los programas sociales. Los cuales, en este sexenio, lamentablemente, afectaron a los más pobres e, irónicamente, beneficiaron a los más ricos. (Jaramillo-Molina, 2023; Jaramillo-Molina, 2022)

Así, si bien no podemos ignorar el peso de las intervenciones del presidente, la influencia de las encuestas y la desinformación, así como el papel del crimen organizado y las irregularidades en las elecciones; tampoco podemos seguir ignorando el que, a mi juicio, es el mayor problema de la democracia mexicana: la ceguera de la oposición que le ha hecho incapaz de comprender y conectar con la situación de la mayor parte de la población mexicana y que se ha traducido en su  incapacidad para ser un genuino contrapeso y desarrollar un proyecto político alternativo legítimo.

En este sentido, la baja participación en estas elecciones y el incremento en los votos nulos respecto al apoyo otorgado a ciertos partidos políticos revela una profunda inconformidad tanto con el oficialismo como con la oposición. Este fenómeno sugiere un rechazo activo hacia las opciones presentadas, ya sea por su falta de propuestas claras o su incapacidad para abordar las preocupaciones de la ciudadanía.


Así, con una oposición partidista totalmente desacreditada y deslegitimada; una oposición analista que ignora al México que salió ganador en estas elecciones; y una oposición ciudadana que polariza bajo argumentos que rayan en el clasismo; hoy más que nunca tenemos que hacer un severo examen de autocrítica y reconocer las creencias, discursos y prácticas que nos mantienen en la ceguera selectiva, la autorreferencia social y que nos impiden salir al encuentro y al diálogo. También es imperativo iniciar un camino de crítica y de lucha por llevar a la agenda pública grandes temas que siguen estando ausentes, pero que son indispensables para la consecución del bien común y la garantía del destino universal de los bienes en solidaridad y subsidiariedad.


¡Es hora de dar paso a un auténtico diálogo social que trascienda “los fanatismos, las lógicas cerradas y la fragmentación social y cultural”! (FT, 191)


 

Referencias

Bénabou, R., y Jean Tirode, “Belief in a just world and redistributive politics”, Working paper 11208, National Boreau of Economic Research, 2005.

Lazarsfeld, P. F. y Merton R.K. (1954). “Friendship as a Social Process: A Substantive and Methodological Analysis”, en Berger, M.; Abel, T. y Page, C.H. (eds.), Freedom and Control in Modern Society. New York: Octagon Books, pp.18-66.

Jaramillo-Molina, M. E., “«Primero los menos pobres»: Política social, desigualdad y pobreza durante el sexenio de López Obrador.” Análisis plural, 2022. Disponible en https://analisisplural.iteso.mx/index.php/ap/article/view/20

McPherson, J.M.; Smith-Lovin, L. y Cook, J. (2001). Birds of a Feather: Homophilyin Social Networks. Annual Review of Sociology, 27, 415–444.

Mijs, Jonathan. (2019).​ The Paradox of Inequality: Income Inequality and Belief in Meritocracy go Hand in Hand. 10.31235/osf.io/dcr9b. Recuperado de: ttps://www.researchgate.net/publication/330455656_The_Paradox_of_Inequality_Income_Inequ ality_and_Belief_in_Meritocracy_go_Hand_in_Hand

Mollica, K.; Gray, B. y Trevino, K. (2003). Racial Homophilyand its Persistence in Newcomers' Social Networks. Organization Science, 14(2),123-136.

Mouw, T. (2003). Social Capital and Finding a Job: Do Contacts matter? American Sociological Review, 68, 868–98.

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2 comentários


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