El compromiso crece después de esta Jornada
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El compromiso crece después de esta Jornada

Llegó el 2 de octubre y con ello la realización de la VIII Jornada en torno a la Pedagogía Contextual Liberadora, Educándonos para un futuro compartido.


A todos quienes la hicieron posible: “Gracias” y otro agradecimiento muy especial a cada una de las personas que cree verdaderamente que la educación es camino de transformación al cambiar a las personas que van a cambiar el mundo. Gracias por acompañarnos y hacer que en IMDOSOC el Seminario Paulo Freire, ahora trabajando de la mano de la Comisión de Ecología Integral, siga adelante.


Con las acertadas palabras de nuestro querido amigo el profesor Gerardo Mendive, quiero honrar a cada uno de los ponentes. Hicieron que muchos vibráramos y creciera la esperanza de que sí es posible cambiar la educación y es posible un mundo mejor.


Adelante Gerardo:

"Voy a tratar de retomar algunos aspectos de la mañana de hoy, creo que se cumplieron

los objetivos en cuanto a entrelazar experiencias. Permitir dejar volar a la imaginación y que estuviera presente la semilla de la esperanza, a diferencia de una globalización sin esperanza como lo mencionaba el Papa Francisco o una globalización de la indiferencia; creo que la

mañana de hoy se resistió frente a eso.


El Padre Luiz Fernando Klein en la primera ponencia, retomando la visión del Papa Francisco, aceptaba que el Pacto Global tenía y asumía objetivos audaces, y en algún momento dijo “casi imposible de llevarlos a la práctica”. Y en este sentido, cómo el Papa exigía un cambio de raíz, un cambio de estructura, un cambio de modelo y eso, decía el Padre Klein, va mucho más allá de lo que es una simple buena voluntad caprichosa, intermitente, esporádica.

Aquí se habla de otra cosa y al mismo tiempo, retomaba del Papa, cómo la educación es el antídoto natural de la cultura individualista y en este sentido una invitación para todos nosotros de distintas áreas de trabajo y una vinculación al Seminario, me parece, de la cabeza, el corazón y las manos. Es decir una educación comprometida en el pensar, en el sentir, en el hacer; aún en la sabienda de que los límites entre unos y otros no son comportamientos estancos sino que están interrelacionados.


En el caso de la Dra. Sylvia Schmelkes, llevó la propuesta del Papa a la realidad mexicana. Cómo el Papa provoca ampliar la mirada de tal forma que la educación vaya mucho más allá de lo escolar. Es decir, comprende lo escolar pero va muchísimo más allá de eso, hacia la educación formal, no formal e informal.

Desde su punto de vista decía que había que cambiar cinco pilares que tienen que ver con: el sistema educativo, con la escuela, con el aula, la interculturalidad y la inter-transdisciplina. Y en una definición contundente, Sylvia decía, que no puede haber calidad en la educación si no hay equidad. Que esto es innegociable desde el punto de vista de ella.

Identificó y precisó las condiciones que multiplican la inequidad educativa en México y que por supuesto no voy a repetir ahora, ya que ella fue clarísima. Solamente retomo un dato: decía Sylvia que el 50% de la población escolar está en la base de la pirámide por debajo de los niveles mínimos esperables par el sistema educativo… “50 %”. Y terminó su ponencia invitándonos a aceptar o a considerar más bien que lo cognitivo, lo emocional y lo valoral están íntimamente y estrechamente vinculados. Que no puede haber tampoco una educación de calidad si no hay un respeto hacia lo cognitivo por más urgencia del momento que tengamos.


En el caso del Dr. Carlos Muñoz Piña, también retomando del Papa, nos invitaba a tener muy claro que no hay dos crisis separadas, una ambiental por un lado y otra social por el otro. Sino que es parte de una misma problemática. Invitaba el Dr. Muñoz Piña a una mirada multi-inter y transdisciplinaria que solamente se logra en lo que él llamaba un “diálogo de saberes” solamente desde ahí es posible construir para llegar a una mirada integral de la educación. Y creo que como muestra de la complejidad que implica la solución de los problemas, presentaba cómo los subsidios, en el caso del agua, tienen una ambigüedad difícil de resolver. Era solamente una muestra de los que es la complejidad de llevar a la práctica las soluciones. Al mismo tiempo consideraba que las vulnerabilidades se van sumando unas a otras en los sectores marginados; paradojas y verdades de nuestra realidad cotidiana.


Simplemente me permitiría para terminar algunas reflexiones personales. Por un lado en algo que la neurociencia o algunos autores identifican como “miopía del futuro” que se identifica en los consultorios como una persona por lograr un bien inmediato pone en riesgo su futuro y parecería que a la luz de los que hemos visto en esta mañana hay una miopía de futuro pero no sólo en lo individual sino también en lo social. Es decir, muchos problemas se fueron dejando para mañana, se fueron facturando al futuro y como dicen varios autores “el futuro tiene una rara costumbre y es que un día llega”.


Por otro lado ya que hoy se dedicó la mañana a esta VIII Jornada del Seminario Paulo Freire de IMDOSOC, al centrarse en la propuesta del Papa Francisco, no puedo dejar de citar una anécdota: “hace algunos años en la ciudad de Buenos Aires en el momento en que me tocó estar allí, leyendo una nota del periódico encontré que el entonces Cardenal Jorge Bergoglio decía que a la persona no hay que buscarla donde creemos que está, tampoco hay que buscarla donde quisiéramos que estuviera, sino a la persona hay que ir a buscarla donde está”. Parece que hoy siendo Papa seguramente ha tenido que hacer frente a esto saliendo a buscar al mundo no donde él quisiera que estuviera, no donde pensaba que estaba y si me permiten un atrevimiento fuera de mi campo, algo parecido le ha de haber pasado con su Iglesia; no saliendo a buscar donde creía que estaba, mucho menos donde quisiera que estuviera, sino a arremangarse las mangas para encontrarse con la realidad.


Creo que en el trabajo de esta Jornada hubo diagnósticos que revelan los enormes retos del momento; pero también hubo análisis y propuestas que muestran los grandes resquicios, espacios y semillas que hay para la esperanza. El Dr. Octavio Fullat dice que las cosas sin educación van bien solamente cuando por un lado tenemos cierta insatisfacción a lo cual Daniel entre otros participantes de hoy hacía alusión; había algo con lo que no estaba satisfecho. Y el Dr. Fullat dice que de esa insatisfacción nace toda propuesta educativa. Pero al mismo tiempo con insatisfacción no alcanza, es necesario tener la esperanza de que todo puede ir a mejor, de que con el trabajo cotidiano se pueden ir mejorando las realidades y en ese sentido concluyo que las tres alternativas que acabamos de escuchar creo que nos dan muchos motivos de esperanza para eso que Alejandra, retomando a Paulo Freire, identificaba como la historia como posibilidad, no la historia como condena, no la historia como amenaza solamente, sino la historia como posibilidad y un agradecimiento a todos, porque creo que quedó muy claro que lo que hay no es lo único que puede haber”.


¡Hasta la próxima!

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