Fratelli Tutti: semilla de esperanza para sanar un mundo herido
- IMDOSOC
- hace 5 horas
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Habitamos un país de colores, de sabores, de ritmos y de artes, pero también de heridas profundas: de balas que silencian, de mujeres que desaparecen, de jóvenes sin futuro, de injusticias que duelen. Un país donde la desigualdad y la violencia no son solo noticias, sino vivencias cotidianas de millones.
Fratelli Tutti, la carta encíclica que el Papa Francisco firmó un 3 de octubre de 2020 en Asís, nos ofrece una mirada humana, abierta y esperanzadora ante esta realidad. Su llamado a la fraternidad universal y la amistad social resuena como un bálsamo: nos invita a reconocer que somos hermanos y hermanas, incluidos aquellos que han sido excluidos, heridos y olvidados. Nos lleva a pensar que la paz no es pasiva sino activa: exige dejar atrás la indiferencia, el egoísmo, la violencia, e implicarnos en la vida común con diálogo, justicia, compromiso.

Esta encíclica la sentimos más cercana que nunca dada nuestra realidad. Cuando hablamos de feminicidios, desapariciones, impunidad, pobreza, marginación, contaminación, corrupción, estamos hablando de fracturas que nos impiden reconocernos plenamente como comunidad. Fratelli Tutti nos interpela a:
Tender puentes donde tenemos muros de silencio, de odio, de miedo.
Ser compañeros de quienes sufren, y no espectadores.
Crear espacios de diálogo donde se escuche al otro, donde se logre convicción humanizadora.
Construir políticas, instituciones, comunidad, con corazón, que cuiden la dignidad y vida de todos y todas.
Nuestro compromiso también está en visibilizar lo que a veces no queremos ver: las heridas están, la violencia persiste, pero también la urgencia de sanar. ¿Es éste el país que queremos? Que este llamado a la fraternidad y la amistad social no sea solo símbolo de un día, sino estilo de vida. Que Fratelli Tutti sea más que palabras: sea fuerza que transforme, donde "Somos hermanas y hermanos todos"
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