Lectura e Interpretación de la biblia en perspectiva social
- IMDOSOC
- 29 sept 2022
- 3 Min. de lectura
Sharon Padilla
20 de septiembre de 2020
La lectura e interpretación de la Biblia en perspectiva social se ha vuelto habitual en los Ćŗltimos cincuenta aƱos. Hoy en dĆa, esta perspectiva se considera indispensable para la labor exegĆ©tica histórico-crĆtica. Acercarnos a los textos bĆblicos en perspectiva social tambiĆ©n se considera hoy primordial si nuestro interĆ©s no yace Ćŗnicamente en el significado y función originales de los textos bĆblicos sino ā como es el caso de la lectura popular y hermenĆ©uticas de liberación en LatinoamĆ©rica ā en su capacidad para iluminar y transformar nuestra realidad social.

En principio, leer e interpretar la Biblia en perspectiva social implica aproximarse a los textos bĆblicos reconociendo la historicidad de la revelación. Ello incluye el presupuesto de que todos los textos bĆblicos son producto de las intenciones de diversos autores y comunidades, asĆ como de condiciones históricas y contextos sociales muy especĆficos que son distantes y diferentes a los nuestros. Con este presupuesto, se entiende que la lectura de los textos del Antiguo y Nuevo Testamento no puede hacerse desde las categorĆas y expectativas de nuestro tiempo y mundo social. Hacerlo llevarĆa al intĆ©rprete a incurrir en graves anacronismos, asĆ como en interpretaciones ideologizantes, āhechas a la medidaā de los propósitos del lector. La perspectiva social, por eso, instiga a ganar todo el conocimiento posible tanto de las condiciones históricas (como es tarea del mĆ©todo histórico crĆtico), como del mundo social en que los textos bĆblicos fueron escritos. En el contexto católico, la interpretación bĆblica desde la perspectiva social fue recomendada en el documento de la Pontificia Comisión BĆblica, La interpretación de la Biblia en la Iglesia (1993). El documento afirma que:
āel estudio crĆtico de la Biblia necesita un conocimiento tan exacto como sea posible de los comportamientos sociales que caracterizan los diferentes medios en los cuales las tradiciones bĆblicas se han formado. Este gĆ©nero de información socio-histórica debe ser completado por una explicación sociológica correcta, que interpreta cientĆficamente, en cada caso, el alcance de las condiciones sociales de existenciaā (14.1).
Para el estudio del Antiguo Testamento en perspectiva social ha resultado central preguntarse sobre las formas de organización social, religiosa y polĆtica de Israel asĆ como de pueblos vecinos, y sus interacciones. En la investigación anglosajona y europea, son pilares los trabajos de J. Pedersen y M. Noth. Con respecto a la interpretación del NT desde la perspectiva social, sobresalen las preguntas sobre el tipo de socialidad y forma de vida que produjo el seguimiento de JesĆŗs, asĆ como el surgimiento y desarrollo de las comunidades paulinas y su relación con las estructuras sociales y la cultura urbana del Antiguo MediterrĆ”neo. Entre los nombres que mĆ”s se vinculan a la interpretación del Nuevo Testamento en perspectiva social estĆ”n los de W.A. Meeks y G. Theissen. El uso de las ciencias sociales tambiĆ©n ha ocupado un lugar fundamental en la lectura e interpretación de la Biblia en AmĆ©rica Latina. Vale aquĆ mencionar la convicción en la prĆ”ctica de las Comunidades Eclesiales de Base (CEBās) y las hermenĆ©uticas de liberación a las que Ć©sta ha dado pie. A saber, que la realidad social y las experiencias de vida de los pobres y otros marginados hoy en dĆa arroja luz sobre, a la vez que son iluminadas por, la realidad social y experiencia de los seguidores de JesĆŗs y las primeras comunidades cristianas.
Por supuesto, como es el caso de todas las perspectivas y mĆ©todos de interpretación, la perspectiva social tiene riesgos y lĆmites. En primer lugar, debe evitarse que la perspectiva social devenga en un āintelectualismoā o un āsociologismoā que derogue otro tipo de acercamientos a la Biblia por la comunidad de creyentes. En segundo lugar, la perspectiva social debe ser utilizada con la conciencia de que nuestro conocimiento sobre el mundo social de los varios textos de la Biblia siempre estarĆ” incompleto o condicionado de algĆŗn modo, por mĆ”s objetivos que pretendamos ser. Se trata al final de cuentas de un mundo muy lejano al nuestro. No solo contamos con evidencia parcial y fragmentada. Los conceptos, modelos, y teorĆas que de las ciencias sociales a las que acudimos para ayudarnos en nuestra interceptación son fruto de mujeres y hombres del presente, y como tal, no podemos presumir que Ć©stos describan o se pueden aplicar sin deslices a los variadas y complejas realidades sociales en los que surgió y de las que nos hablan el Antiguo y Nuevo Testamento.







