Lectura e Interpretación de la biblia en perspectiva social
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Lectura e Interpretación de la biblia en perspectiva social

Sharon Padilla

20 de septiembre de 2020


La lectura e interpretación de la Biblia en perspectiva social se ha vuelto habitual en los últimos cincuenta años. Hoy en día, esta perspectiva se considera indispensable para la labor exegética histórico-crítica. Acercarnos a los textos bíblicos en perspectiva social también se considera hoy primordial si nuestro interés no yace únicamente en el significado y función originales de los textos bíblicos sino – como es el caso de la lectura popular y hermenéuticas de liberación en Latinoamérica – en su capacidad para iluminar y transformar nuestra realidad social.



En principio, leer e interpretar la Biblia en perspectiva social implica aproximarse a los textos bíblicos reconociendo la historicidad de la revelación. Ello incluye el presupuesto de que todos los textos bíblicos son producto de las intenciones de diversos autores y comunidades, así como de condiciones históricas y contextos sociales muy específicos que son distantes y diferentes a los nuestros. Con este presupuesto, se entiende que la lectura de los textos del Antiguo y Nuevo Testamento no puede hacerse desde las categorías y expectativas de nuestro tiempo y mundo social. Hacerlo llevaría al intérprete a incurrir en graves anacronismos, así como en interpretaciones ideologizantes, “hechas a la medida” de los propósitos del lector. La perspectiva social, por eso, instiga a ganar todo el conocimiento posible tanto de las condiciones históricas (como es tarea del método histórico crítico), como del mundo social en que los textos bíblicos fueron escritos. En el contexto católico, la interpretación bíblica desde la perspectiva social fue recomendada en el documento de la Pontificia Comisión Bíblica, La interpretación de la Biblia en la Iglesia (1993). El documento afirma que:

“el estudio crítico de la Biblia necesita un conocimiento tan exacto como sea posible de los comportamientos sociales que caracterizan los diferentes medios en los cuales las tradiciones bíblicas se han formado. Este género de información socio-histórica debe ser completado por una explicación sociológica correcta, que interpreta científicamente, en cada caso, el alcance de las condiciones sociales de existencia” (14.1).

Para el estudio del Antiguo Testamento en perspectiva social ha resultado central preguntarse sobre las formas de organización social, religiosa y política de Israel así como de pueblos vecinos, y sus interacciones. En la investigación anglosajona y europea, son pilares los trabajos de J. Pedersen y M. Noth. Con respecto a la interpretación del NT desde la perspectiva social, sobresalen las preguntas sobre el tipo de socialidad y forma de vida que produjo el seguimiento de Jesús, así como el surgimiento y desarrollo de las comunidades paulinas y su relación con las estructuras sociales y la cultura urbana del Antiguo Mediterráneo. Entre los nombres que más se vinculan a la interpretación del Nuevo Testamento en perspectiva social están los de W.A. Meeks y G. Theissen. El uso de las ciencias sociales también ha ocupado un lugar fundamental en la lectura e interpretación de la Biblia en América Latina. Vale aquí mencionar la convicción en la práctica de las Comunidades Eclesiales de Base (CEB’s) y las hermenéuticas de liberación a las que ésta ha dado pie. A saber, que la realidad social y las experiencias de vida de los pobres y otros marginados hoy en día arroja luz sobre, a la vez que son iluminadas por, la realidad social y experiencia de los seguidores de Jesús y las primeras comunidades cristianas.


Por supuesto, como es el caso de todas las perspectivas y métodos de interpretación, la perspectiva social tiene riesgos y límites. En primer lugar, debe evitarse que la perspectiva social devenga en un “intelectualismo” o un “sociologismo” que derogue otro tipo de acercamientos a la Biblia por la comunidad de creyentes. En segundo lugar, la perspectiva social debe ser utilizada con la conciencia de que nuestro conocimiento sobre el mundo social de los varios textos de la Biblia siempre estará incompleto o condicionado de algún modo, por más objetivos que pretendamos ser. Se trata al final de cuentas de un mundo muy lejano al nuestro. No solo contamos con evidencia parcial y fragmentada. Los conceptos, modelos, y teorías que de las ciencias sociales a las que acudimos para ayudarnos en nuestra interceptación son fruto de mujeres y hombres del presente, y como tal, no podemos presumir que éstos describan o se pueden aplicar sin deslices a los variadas y complejas realidades sociales en los que surgió y de las que nos hablan el Antiguo y Nuevo Testamento.

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